Este martes, en sesión el diputado federal Marco Puppo presentó en tribuna la iniciativa con proyecto de decreto, por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentable, en materia de pesca incidental, prohibiendo tajantemente la comercialización de especies como Marlín o Dorado bajo esa modalidad, ya que “un pez en el mar, vale más que uno muerto en el mercado negro”, aseguró.
En tribuna, el legislador sudcaliforniano detalló que la pesca incidental, definida como la captura no intencionada de peces y especies marinas, es actualmente comercializada en el mercado negro, es ofrecida enrestaurantes y en lugares abiertamente, como marlín y dorado, mismo que esta reservado sólo a la pesca deportiva y no tiene porqué estar en el menú, ya que la pesca deportiva no daría abasto a entregarlo a esa comercialización y este proviene, precisamente de esa pesca, mal llamada, pesca incidental.
“La pesca no selectiva e indiscriminada es una de las amenazas ambientales más preocupantes en la actualidad, ya que pone en peligro el equilibrio natural de los océanos y, por ende, su productividad. De esta forma, la pesca incidental acaba con la vida de especies marinas que no son el objetivo de la actividad”, mencionó.
Marco Puppoafirmó que esta iniciativa,pretende fomentar la preservación y protección de dos tesoros vivientes del océano, el Marlin y Pez Dorado, puesto que tenemos la responsabilidad de asegurar que estas maravillas sigan existiendo para las futuras generaciones.
Asimismo, sustentó la presente iniciativa en el hecho de que las capturas en la pesca deportiva han disminuido en más del 80% y las tallas cada vez son menores. En los años noventas, la talla mínima para un torneo de pesca en Los Cabos para marlín era de 300 lbs. Los marlines ganadores superaban las 600 lbs. Actualmente en los torneos en Los Cabos, solo sale un marlín que supera las 300lbs siempre menores a 400 lbs durante 3 días de torneo.
“Es momento de alzar nuestra voz en defensa de dos tesoros vivientes: el Marlin y el Pez Dorado. Son criaturas que encarnan la riqueza y diversidad de nuestra región marina, y debemos reconocer que su verdadero valor reside en estar vivos, no en su desaparición, ni en el uso con fines comerciales”, enfatizó.La pesca comercial no solo amenaza la existencia de estas especies, sino que también desequilibra nuestro ecosistema marino. Cada vez que un Marlin o un Pez Dorado es capturado para ser vendido, desencadena un efecto dominó que perjudica a otras especies y destruye la cadena alimentaria.
Finalmente detalló que la pesca deportiva, tan sólo un ejemplar de marlin o dorado capturada y muchas veces regresada al mar, genera la entrada de recursos económicos, a transportistas, hoteleros, prestadores de servicios, capitanes, marineros, carnaleros, restauranteros y a todo el sector comercial, mientras que una especie en el mercado comercial sólo deja un impacto negativo en el medio ambiente y a un comercializados, que regularmente es un gran comercializados, no el pescador ribereño.