Teherán, Irán. — El temor y la incertidumbre se apoderan de la capital iraní tras los recientes bombardeos israelíes que sacudieron Teherán desde la madrugada del viernes. En medio del caos, ciudadanos expresan su conmoción ante lo que consideran un punto de quiebre para su país: “No queremos que nuestra hermosa Teherán se convierta en Gaza”, claman con desesperación.
Largas filas en gasolineras, pánico colectivo, y familias huyendo de la ciudad, contrastan con la falta de refugios, advertencias oficiales o un plan claro de protección civil. Las explosiones han alcanzado desde zonas residenciales hasta instalaciones estratégicas como el campo de gas South Pars. Según cifras oficiales, más de 220 personas han muerto, incluyendo mujeres y niños.
Mientras algunos iraníes celebran la caída de altos mandos del régimen, otros denuncian el costo civil de la ofensiva. “Estoy en contra del régimen, pero estas bombas no nos están liberando. Solo nos están matando”, dijo una joven a medios internacionales.
En medio de esta crisis, el expresidente de EE.UU., Donald Trump, llamó a evacuar “inmediatamente” la ciudad, lo que añadió más tensión y miedo entre la población.
Sin información clara ni protección, los ciudadanos intentan sobrevivir revisando noticias cada hora, llamando a seres queridos y empacando mochilas de emergencia. La sociedad iraní está rota entre la rabia, el dolor y la impotencia.
“Hoy somos una nación atrapada entre un régimen que no nos representa y una guerra que no pedimos”, dijo una activista desde el exilio.
