Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los capos más emblemáticos del narcotráfico en México, se encuentra nuevamente en el centro del debate tras su reciente captura en Estados Unidos el 25 de julio de 2023. Antes de este evento, Zambada sostuvo una conversación con la periodista María Scherer Ibarra, hija del legendario periodista Julio Scherer García, quien en 2010 realizó la histórica entrevista que sacudió al país. Este nuevo encuentro entre la periodista y el capo permitió vislumbrar la vida de un hombre que, a sus 74 años, sigue siendo un enigma.
Durante su charla, Zambada habló de su vida y de su relación con el periodismo, destacando el impacto que Julio Scherer tuvo en él. Mostró admiración hacia el periodista, describiéndolo como un hombre que dejó una huella profunda en su vida. La entrevista se desarrolló en un ambiente controlado, donde el capo mostró una faceta diferente: no era malhablado, parecía reflexivo y cuidadoso en sus palabras, evitando declaraciones comprometedoras.
Uno de los temas abordados fue la violencia que ha marcado al país en las últimas décadas. Zambada, quien es señalado como uno de los principales generadores de violencia, negó cualquier relación con la producción de fentanilo y se describió como un “pacifista” que solo busca protegerse. Sin embargo, esta afirmación contrasta con las cifras alarmantes de violencia y narcotráfico que han ensombrecido a México.
En la conversación, el capo también opinó sobre la estrategia de “abrazos, no balazos” del presidente Andrés Manuel López Obrador, calificándola como una medida acertada porque “los balazos son peligrosos”. Esta declaración refleja su percepción de la relación entre el narcotráfico y el gobierno, un vínculo del que, según su perspectiva, se limita a observar desde lejos.
Scherer describió al Mayo como un hombre físicamente deteriorado, aunque aún consciente de su influencia y poder. Entre anécdotas, Zambada habló de su familia, especialmente de su hijo Vicente Zambada Niebla, conocido como el “Vicentillo”. Su ausencia, confesó, es un dolor que comparte con miles de familias que han perdido a sus seres queridos en esta guerra sin fin.
La entrevista concluyó dejando más preguntas que respuestas sobre el futuro del narcotráfico y la violencia en México. Zambada, como figura central en esta tragedia nacional, se mantiene como un símbolo de un problema complejo que sigue desafiando a gobiernos y sociedades por igual.
