- La planeación es el elemento esencial para contar siempre con comidas nutritivas a pesar de que tengas días muy ocupados
Por Mtra. Monserrat Rodríguez León, directora de la carrera de Ciencias de la Nutrición de la Universidad Autónoma de Guadalajara
Comúnmente las personas suelen invertir más de 8 horas a su jornada laboral. Sin embargo, también es necesario dedicar tiempo en el transporte y otras actividades que forman parte de la rutina, por lo que es normal que se destine menos tiempo a la organización y a la planificación de las comidas de la semana.
En la actualidad, el ritmo de vida es tan acelerado que las elecciones alimentarias se toman a la ligera y pueden no ser las más acertadas para cuidar tu salud. En muchas ocasiones se eligen opciones rápidas y de baja calidad nutricional, como productos ultraprocesados, alimentos y bebidas con alto contenido de azúcar o tal vez hasta olvidaste comer en alguna ocasión.
Afortunadamente, siempre es buen momento para poder modificar esto y organizar poco a poco y de mejor manera tu rutina para crear mejores hábitos de alimentación que logren ser el complemento perfecto para tu jornada laboral y que te ayuden en tus tareas de concentración y así, tengas mejor rendimiento en tu trabajo.
El primer paso para implementar este cambio y emprender el camino hacia una mejor salud es comenzar con la planificación y creación de estrategias que realmente estén adaptadas a tus gustos, estilo de vida y tiempo que dedicas a tu jornada laboral. La buena noticia es que sí es posible implementar una alimentación equilibrada sin tener que consumir alimentos ultraprocesados y realizar mejores decisiones a la hora de alimentarte.
Uno de los elementos principales es la planificación, por lo que puedes acudir con tu nutriólogo para que te adapte un plan de alimentación individualizado y con ello puedas identificar qué preparaciones realizarás durante la semana, esto te permitirá hacer compras de los ingredientes necesarios de manera semanal.
Realizar “meal prep” o también conocido como preparaciones previas te permite adelantar la elaboración de platillos, por ejemplo, puedes dejar preparadas las verduras, arroz, pasta y carnes durante el fin de semana y utilizarlos para diferentes menús durante la semana.
Puedes ser que en algunas ocasiones omitas el desayuno o que, por las prisas, elijas alimentos no tan recomendables, por lo que es importante que para este tiempo de comida puedas elegir una preparación que incluya algún licuado con fruta y proteína, avena con otros ingredientes como yogur y semillas, o huevo cocido con papa y verduras. Si no hay tiempo para desayunar en casa, puedes optar por elegir comidas que sean fáciles de transportar, comer en el camino o recalentar en tu trabajo.
A media mañana puedes consumir alimentos que te den saciedad como nueces, pistaches, semillas y alguna fruta como manzana o plátano, pues no es necesario que inviertas tiempo en casa para pelarlas o picarlas. Tener este tipo de alimentos a la mano en la oficina hará que calmes la ansiedad y el estrés en tu trabajo.
En algunas ocasiones será necesario comprar algo en algún restaurante, sin embargo, eso no es un impedimento para continuar con tu camino para cuidar tu salud. Elige alimentos que contengan ensalada y que ésta abarque aproximadamente la mitad de tu plato. Además, no olvides seleccionar alguna proteína, ya sea lentejas, frijoles, pollo, pescado o res, este tipo de alimentos te dará una sensación de saciedad y evitará que sientas hambre durante unas horas. Elige agua natural para beber.
El mayor esfuerzo que tienes que hacer durante tu jornada laboral es evitar el consumo de cualquier bebida que contenga azúcar, esto incluye café, aguas frescas y refrescos. En su lugar prefiere agua natural para mantener una hidratación adecuada.
Organizar la alimentación simplemente requiere una mejor planificación y pequeños cambios en tu rutina que beneficiarán tu salud.