Los cardenales de la Iglesia Católica han fijado el 7 de mayo como la fecha de inicio del cónclave para elegir al nuevo papa, tras el fallecimiento del papa Francisco a los 88 años debido a un derrame cerebral e insuficiencia cardíaca. Francisco fue sepultado en una sencilla tumba en la Basílica de Santa María la Mayor, cumpliendo su deseo de un funeral humilde que reunió a jefes de estado, realeza y miles de fieles.
Mientras tanto, las congregaciones generales comenzaron en Roma, donde más de 180 cardenales han participado en las reuniones preliminares, aunque solo 135 son electores al cumplir con el requisito de ser menores de 80 años. Algunos cardenales, como Antonio Cañizares Llovera, han confirmado su ausencia por problemas de salud, y otros, como Giovanni Angelo Becciu, han retirado su participación debido a polémicas pasadas.
El cónclave, que se llevará a cabo en la Capilla Sixtina, será uno de los más diversos de la historia, reflejo del legado de Francisco, quien nombró al 80% de los cardenales votantes, muchos de ellos provenientes de países en vías de desarrollo. Antes de encerrarse para la votación, los cardenales celebrarán la tradicional Misa Pro Eligendo Papa y jurarán guardar absoluto secreto sobre las deliberaciones.
La elección del próximo pontífice requerirá una mayoría de dos tercios de los cardenales presentes. En este proceso, se decidirá no solo quién liderará a los 1.400 millones de católicos del mundo, sino también la dirección que tomará la Iglesia en los próximos años frente a los desafíos globales que ya han comenzado a discutirse en las congregaciones.