CDMX a 06 de mayo de 2025.- A nivel mundial, aproximadamente el 10% de las mujeres embarazadas y el 13% de las mujeres que acaban de dar a luz presentan un padecimiento relacionado con la salud mental, principalmente depresión. Como resultado, el crecimiento y el desarrollo de los infantes puede verse afectado desde los primeros días de vida. 1
La depresión prenatal interfiere con la disposición de la madre a cuidar su salud, evitando buscar atención prenatal y siendo más propensa a conductas dañinas, incidiendo en un mayor riesgo de parto prematuro, ocasionando a su vez, que la persona recién nacida registre un peso bajo y presente algún tipo de afectación en su desarrollo.2
“Por su parte, la depresión posparto puede afectar la vida de la madre, así como la de la pareja, infante y familia. Cuando no es atendida oportunamente, puede convertirse en un impedimento para que la madre satisfaga las necesidades de las y los hijos, impactando en su desarrollo cognitivo, conductual y emocional”, recalcó la Dra. Cynthia Vega Directora de Relaciones Médicas PiSA Farmacéutica.2
Cuando la madre presenta algún impedimento mental, está menos dispuesta a contribuir a los cuidados maternos, lo que ocasiona afectaciones al bebé en su desarrollo físico, mental, cognitivo y emocional.3 En México, la prevalencia de depresión durante el embarazo se estima entre 9% y 14%, mientras que la depresión posparto va del 6.6% al 24.6%.2
La depresión perinatal puede identificarse a partir de algunos síntomas como tristeza, falta de energía y ansiedad, incluyendo sentimientos de extrema tristeza, indiferencia y cambios en la energía, el sueño y el apetito, limitando la posibilidad de disfrutar esta época.4
La evaluación y seguimiento psicológico durante el embarazo permite identificar cualquier alteración emocional y ser atendida de forma oportuna por especialistas en el manejo de tratamientos perinatales, garantizando la salud física y mental tanto de la madre como del feto.