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¿Reviviendo el pasado? Colossal Biosciences trae de vuelta al lobo terrible

En abril de 2025, la empresa Colossal Biosciences Inc. anunció haber “desextinguido” al lobo terrible, una especie extinta hace más de 10,000 años. Este avance fue presentado como un hito científico, similar al planteamiento de la película Jurassic Park, aunque ha despertado numerosos cuestionamientos sobre la viabilidad, la ética y el impacto de revivir especies desaparecidas.

Expertos de la UNAM, como los doctores Hugo Oswaldo Toledo Alvarado y David René Romero Camarena, han criticado el uso del término “desextinción”. Explican que no se revivió al verdadero lobo terrible, sino que se modificó genéticamente a un lobo gris para asemejarlo físicamente. No se replicó por completo su genoma ni su comportamiento natural, por lo que no puede considerarse el mismo animal.

Aun así, el proyecto representa ciertos avances científicos: se logró secuenciar el genoma del lobo terrible, se modificaron genes del lobo gris, y se utilizaron técnicas de clonación para producir ejemplares con rasgos similares. Estos logros podrían aplicarse en el futuro a la conservación genética y a la creación de especies más adaptables al cambio climático.

Sin embargo, se plantean dudas sobre la adaptación de estos animales a un entorno moderno completamente distinto al de hace milenios. Además, preocupa que la legislación actual permita patentar organismos modificados genéticamente, lo cual podría convertir la desextinción en una herramienta comercial más que en un esfuerzo real de conservación.

El anuncio también generó reacciones políticas. El Secretario del Interior de EE.UU. sugirió eliminar la lista de especies en peligro, confiando en la desextinción como solución, lo que fue ampliamente criticado. Los expertos subrayan que la verdadera conservación depende de leyes ambientales, bancos genéticos y participación social, no solo de biotecnología.

Finalmente, la posibilidad de traer de vuelta a dinosaurios sigue siendo irreal. Los científicos explican que no se dispone del ADN necesario para hacerlo, y que, sin un entorno natural adecuado, revivir especies prehistóricas sigue siendo una fantasía. Aunque la genética moderna ofrece herramientas valiosas, la prioridad debe seguir siendo la protección de la biodiversidad actual.

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