- Es el cuarto boxeador azteca de la historia en ganar la plata en la justa veraniega; México ya igualó su cosecha de medallas lograda en Río 2016
El boxeador mexicano Marco Alonso Verde Álvarez iluminó de color plateado a París, la “Ciudad de la Luz”, luego de convertirse en subcampeón olímpico en la categoría 71 kilogramos al caer vía decisión unánime (0-5) ante el uzbeko Asadkhuja Muydinkhujaev.
Con gran decisión, el mazatleco se presentó en busca de la gloria olímpica para tratar de emular lo hecho el año pasado a nivel continental con sus medallas de oro en los Juegos Centroamericanos San Salvador y Juegos Panamericanos Santiago, resultados con los que obtuvo sus credenciales de favorito rumbo a París 2024.
Verde Álvarez se convirtió en el cuarto pugilista azteca de la historia olímpica en colgarse la presea de plata, tras lo conseguido por Francisco Cabañas en Los Ángeles 1932, Alfonso Zamora en Múnich 1972 y Héctor López en Los Ángeles 1984.
Esta medalla se suma a las dos de segundo lugar (judo y clavados) y dos bronces (tiro con arco y clavados) que México ha cosechado en la capital francesa, por lo que ya se igualó lo realizado en Río 2016, edición en la que se obtuvieron tres metales plateados y dos de bronce.
La presea del boxeador nacional es la 77 para el país en su historia dentro del olimpismo, la 27 de color plata, la 14 por parte de esta disciplina y la primera en un peso considerado welter.
Un rival incómodo
Pese a tener la ventaja en el alcance por la longitud de sus brazos, el mazatleco no pudo imponer su ritmo y estilo en el combate. Fue su adversario quien, a través del jab y combinaciones en la distancia corta, se llevó el primer episodio con los cinco cartones de los jueces.
Para el segundo capítulo, Verde Álvarez intentó proponer más en el aspecto ofensivo y logró conectar algunos impactos que movieron al uzbeko, pero no fue suficiente para cambiar el dictamen de los jueces, ya que volvieron a darle la pizarra a Muydinkhujaev.
Al saberse en clara desventaja para el último round, el mexicano entregó cuerpo y alma para los tres minutos finales de la contienda. Su pegada fue precisa e hizo retroceder a su contrincante, quien en su rostro ya reflejaba los daños causados por los golpes contrarios y se alejaba del sinaloense en cada oportunidad que tenía.
Los jueces hicieron valer dicho desempeño del pugilista nacional y le dieron los cinco cartones, pero lo hecho por Muydinkhujaev en los dos primeros asaltos le bastaron para hacerse con la medalla de oro vía decisión unánime, para que así Verde Álvarez cierre un mágico ciclo en el que se convirtió en monarca centroamericano y panamericano, así como en subcampeón olímpico.